![]() | Volumen XXI - Nº 92 Julio/Agosto 2010 ![]() |
En este mes de agosto Vertex cumplió 20 años de aparición ininterrumpida. Noventa y dos números y dos decenas de Suplementos contuvieron las más de 8000 páginas en las que cerca de 1000 autores hicieron conocer su pensamiento a los colegas argentinos y del resto del mundo. Nacida en los prolegómenos de la “década del cerebro”, Vertex no sucumbió a los reduccionismos fáciles e intentó mantener una línea de pensamiento crítico que otorgara lugar a todas las corrientes de nuestra especialidad presentes en la psiquiatría. Los límites estuvieron puestos por los bordes éticos insoslayables que prometimos en nuestro primer número. Los tiempos de las nosografías basadas en criterios objetivos y a-teóricos propuestos por la serie de los DSM de la American Psychiatric Association, que se han ido demostrando una forma más -y no la más fructífera- para ordenar la clasificación de las formas de la locura, han alcanzado un punto de inflexión. La fascinación que generaron en sus comienzos y que tempranamente criticamos en nuestras investigaciones, deja lugar en la actualidad a una crítica más serena desde el interior mismo de la psiquiatría norteamericana. Una participación más democrática y universal, respetando las variaciones impresas por la cultura, parece despuntar en la nueva versión, esperada para dentro de cuatro años, de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. Por primera vez los psiquiatras de nuestro país, a través de su Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), participaremos en la factura de esa nosografía que debe regir las estadísticas de salud y la investigación clínica, por los pactos internacionales a los que suscribió la República Argentina. La terapéutica farmacológica ha ido superando su idealización curativa para volver a una más modesta pero indispensable función sintomática. Cada vez más, apoyada en una sólida tradición en ese sentido, aparece en nuestro medio la necesidad de revitalizar el rol psicoterapéutico de la tarea del psiquiatra y nuevas y viejas corrientes teóricas que inspiran esa tarea ganan espacio en las opciones formativas de los jóvenes colegas. La situación de la Salud Mental en nuestro país atraviesa un momento paradójico: mientras se dan condiciones favorables en muy amplios sectores de los trabajadores de la Salud Mental -florecen esforzadas experiencias en ese sentido-, para avanzar en todos los aspectos hacia una modernización efectiva (transformación de las estructuras institucionales con defensa del hospital público, prevención y rehabilitación, lucha contra el alcoholismo y otras adicciones, trabajo comunitario, defensa de los derechos de los pacientes y sus familias, etc.), ciertos intereses corporativos, posiciones teóricas sectarias e intereses personales de algunos, que arriesgan demorarnos por mucho tiempo, retrasan y bloquean un verdadero consenso en torno a la legislación que rija la actividad del sector. Desde nuestros editoriales hemos buscado acompañar los avatares políticos y sociales de nuestra sociedad en sintonía con la construcción de una comunidad respetuosa de los derechos humanos, las libertades individuales, la no discriminación y la justicia social. Todos ellos ingredientes indispensables para construir una Salud Pública digna para nuestro pueblo. El Comité Editorial de Vertex, atravesando momentos difíciles para sostener materialmente la edición de la revista, se ha sentido siempre acompañado y alentado por sus lectores. Vaya a ellos nuestro agradecimiento, así como a los autores, a los miembros de nuestro Comité Científico, a los corresponsales y a todo el personal que ha trabajado en las labores editoriales para que podamos continuar con nuestra modesta contribución a la cultura argentina. Juan Carlos Stagnaro |