Editorial POLEMOS
VERTEX - Revista Argentina de Psiquiatría
  Volumen XVI— Nº63
Septiembre/Octubre 2005


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  • SUMARIO:
    • Dossier: “PSIQUIATRIA Y FILOSOFIA DE LA MENTE”

      Coordinadores: Norberto Conti y Martín Agrest

      • El problema mente-cuerpo ayer y hoy
        D. I. Pérez      Leer Resumen

      • Neurociencias y Filosofía de la Mente
        A. Saal     Leer Resumen

      • Modelos del autoconocimiento
        E. Orlando     Leer Resumen

      • Wittgenstein y Freud
        S.M. Cabanchik     Leer Resumen

      • La génesis primordial del psiquismo: emergencia y formalización
        M.L.Rovaletti      Leer Resumen




    • Introducción.

      I- La filosofía de la mente es la disciplina que tiene por objeto el estudio de la mente y de la relación mente-cerebro por medio del método de la filosofía (razonamientos silogísticos, deducciones, razonamiento por el absurdo, etc.). Las preguntas fundamentales a las que intenta dar respuesta son: 1) ¿Qué es la mente? 2) ¿Qué relación existe entre la mente y el cerebro/cuerpo? 3) ¿Qué es la conciencia? 4) ¿Qué son y cómo son posibles las sensaciones? 5) ¿Qué es la causalidad mental? 6) ¿Qué son las imágenes mentales? 7) ¿Qué es el pensamiento? 8) El problema de las ideas innatas. La Filosofía de la Mente es una disciplina ampliamente relegada entre los profesionales de la salud mental. Son muy pocos los trabajos que la contemplan en nuestro medio psiquiátrico local y una verdadera ave raris cuando vemos alguno publicado en revistas de salud mental, aún a nivel internacional. Los psiquiatras y psicólogos ponemos cotidianamente en acto nuestra posición respecto de qué es la mente, cuál es la relación mente-cerebro o si existe la causalidad mental, en algunas oportunidades llegamos a declararnos partidarios de una u otra teoría acerca de esta relación, pero no siempre conocemos los presupuestos de los que partimos ni las implicancias teóricas y clínicas de la posición que sostenemos. Podemos comenzar haciéndonos algunas preguntas básicas: ¿Creo que los estados mentales son idénticos a los estados del cerebro? ¿Son los estados mentales reducibles a los estados del cerebro? ¿Qué es, si lo hay, lo especial del punto de vista subjetivo? ¿Son las experiencias conscientes entendibles fisiológicamente? ¿Qué son las representaciones y cómo puede el cerebro representar el mundo fuera de sí mismo?

      II- Desde los lejanos tiempos de la adquisición de la autoconciencia, capacidad humana por excelencia, el hombre no ha dejado de reflexionar acerca de sí mismo y del entorno mundano en el cual se gesta y desarrolla; esto es, la naturaleza y sus semejantes. Esta reflexión se plasma primero en tradiciones orales y posteriormente, con la aparición de la escritura y el inicio de los tiempos históricos, en la poesía y en esa forma de reflexión nacida en Grecia hacia el siglo VI a.C. conocida hasta nuestros días con el nombre de filosofía. En cada época el hombre reflexiona en torno a sus necesidades, se trata siempre de un hombre históricamente situado y atravesado por un sinnúmero de determinantes políticos, sociales y económicos de los cuales necesita siempre dar respuestas, muchas veces para legitimarlos, otras para tratar de modificarlos. Es justamente este cambio histórico-social, al cual el hombre está sujeto, lo que ha llevado a que, a través del tiempo, se sucedan diferentes formaciones discursivas dentro del campo de la filosofía. Ya en el siglo XVII Descartes describió este proceso como el desarrollo de un árbol - el de la sabiduría - el cual tiene una raíz - la metafísica - un tronco - la física - y tres ramas, la medicina, la mecánica y la moral. Si aplicamos la metáfora del árbol al desarrollo que ha tenido la filosofía vemos que sus ramas se han multiplicado y robustecido desde los inicios de la modernidad cartesiana hasta nuestros días y, si realizamos un análisis de esos discursos en clave social, veremos que responden cada uno a las necesidades planteadas por su tiempo: la gnoseología y el positivismo en los siglos XVIII y XIX han tratado de legitimar el dominio instrumental que el hombre ejerció sobre la naturaleza a partir de la revolución industrial. La primera mitad del siglo XX dio lugar a la aparición de la epistemología y su intento de fundar toda noción de verdad en el discurso científico, y la segunda mitad del siglo XX - que introdujo un cambio inusitado en las formas y posibilidades de vida del hombre - trajo aparejado un refortalecimiento de la reflexión sobre la ética con el surgimiento de la bioética como discurso diferenciado que intenta dar respuesta a muchas situaciones dilemáticas que se plantean a diario en el mundo actual. En esta tradición moderna y en el contexto contemporáneo donde surge este otro discurso diferenciado: la filosofía de la mente. No es nuevo lo que aborda (el problema mente-cuerpo, el estatus ontológico de lo mental, el funcionamiento de la mente, el problema de la autoconciencia); sí lo es el andamiaje teórico en el cual se apoya: la lógica del lenguaje, los modelos computacionales y los avances en las neurociencias. También son nuevas las necesidades sociales a las que intenta dar respuesta: no es lo mismo sostener que mente y cerebro son idénticos aceptando así también la identidad entre funcionamiento mental y neuroquímica cerebral o sostener que el funcionamiento de la mente es homologable al funcionamiento computacional, con lo cual el funcionamiento mental no sería reductible al funcionamiento cerebral puesto que las computadoras, en sentido estricto, no tienen cerebro. Neurociencias y Psicología generan relaciones muy distintas según se acepte una u otra de estas posiciones. No hace falta insistir aquí sobre las implicancias políticas y económicas que tiene hoy esta compleja relación. El presente Dossier intenta acercar coordenadas para pensar respuestas a estas preguntas, dotar de mayor transparencia a las cuestiones políticas y epistemológicas que vinculan nuestros presupuestos con las teorías y prácticas en salud mental, y brindar argumentos para conocer la propia posición respecto de las preguntas planteadas.

      III- Presentamos aquí cinco trabajos que abordan la Filosofía de la Mente desde distintas perspectivas. Diana Pérez realiza un repaso de las distintas posturas en el terreno de la Filosofía de la Mente, desde el dualismo de sustancias propuesto por Descartes hasta el actual reduccionismo eliminativo de Churchland y Stich. Aarón Saal se ocupa de la intersección entre las Neurociencias y la Filosofía de la Mente, y muy particularmente de cómo ambas disciplinas se nutren mutuamente y presentan desafíos recíprocos. Eleonora Orlando nos introduce en los vericuetos del problema de la conciencia y del autoconocimiento, haciendo cabalgar su análisis entre la Filosofía de la Mente y la Filosofía del Lenguaje. El estudio de las autoadscripciones (o lo que cada uno dice de sí mismo) merece particular atención para los profesionales de la salud mental dado que la forma en que las concibamos guiará (lo sepamos o no) nuestra conceptualización y forma de trabajo en la clínica. Samuel Cabanchik aborda el tema de la relación entre Freud y Wittgenstein, realizando un pormenorizado análisis de las influencias freudianas sobre este filósofo que inspiró muchas de las actuales discusiones en el terreno de la Filosofía de la Mente. Finalmente María Lucrecia Rovaletti presenta la propuesta científico-fenomenológica de Xavier Zubiri referida a la emergencia evolutiva de la conciencia a partir de la potencialidad de la materia viviente.